Se termina o no? La danza del impuestazo
Hace unos días se había anunciado de la mano de Alfonso Prat Gay que no se iba a renovar el plazo del impuesto a los bienes de lujo, mejor conocido como impuestazo automotor con cariño entre los conocidos.
El plazo vence el 31 de diciembre y no se iba a renovar con lo que hubiese quedado totalmente eliminado. El argumento del ministro de Hacienda del gobierno de Mauricio Macri fue que el impuesto no recaudaba practicamente nada, que era más lo que frenaba que lo que aportaba. Sin embargo ahora, desde la Secretaría de Industria se dejó entrever la posibilidad de no levantar el impuesto y dejar un gravámen del 10% en lugar del 50% para importados y 15% para nacionales.
El impuesto que nació en el 2014 estaba destinado a vehículos de alta gama, pero la entrada al impuesto siempre estuvo determinada más por precio que por origen de los autos. A raíz de esto al principio el impuesto alcanzaba a verdaderos autos de alta gama importados, pero por inflación, sobreprecios, actualización o como quieran llamarlo el impuesto llegó a tocar a topes de gama de autos nacionales y regionales. Y por esas cosas del capitalismo, si suben los precios de las gamas más caras, acompañan la suba las gamas inferiores para que no quede tanto abismo entre la diferencia de precios.
Por esto y otras cosas la venta de autos se encuentra practicamente detenida, no por falta de stock sino por falta de garantía en los precios. Se teme además, que la quita total del impuesto podría provocar una "lluvia" de oferta de importados cosa que amenazaría la industria nacional aunque los importados extrazona siguen teniendo un 35% adicional.
En principio el impuesto continuaría existiendo pero adicionando un 10%, lo que no se sabe es el 10% de cuánto, ya que no se determinó una base imponible o piso de ingreso al impuesto.
De esta forma los vehículos nacionales no estarían tan en desventaja frente a importados y el establecimiento de un piso alto para el ingreso al gravámen debería hacer bajar en teoría los precios de los autos de segmentos inferiores que nunca fueron alcanzandos para estar más lejos de las gamas intermedias y superiores, en teoría (recordemos que estamos en Argentina, la teoría puede fallar).
Personalmente ya me parecía un poco extraño que se elimine de raíz un impuesto en la Argentina, aunque reducirlo a un 10% de una hipotética base imponible alta no parece una mala idea tampoco. No tanto porque bajen los precios, tampoco por salir del parate de ventas que hay actualmente sino que me parece una idea acertada para que empecemos a tener precios un poco más claros, aunque caros, pero por lo menos mejor definidos y que se eliminen los sobreprecios abusivos de muchas agencias ante la incertidumbre.
Por ahora el impuesto va y viene, entra y sale, no creo que se vaya definitivamente, pero quizás nos da un respiro. Mientras tanto el tiempo corre, en una semana se termina el año y hay que estar atentos.
